martes, 11 de mayo de 2010

Una serie de eventos desafortunados


Ando con el ánimo embarrado. Con el mismo lodo en el que apoyo los pies y el espíritu de a ratos.

Mi hoy se convirtió en un charco de mugre en el que flotan los desechos de lo que alguna vez fue bueno. El aire me está viciando de inmundos olores que emana gente aún más inmunda, de esa que luce una sonrisa traicionera y el pelo atado con una soga que utiliza para afixiar.

El agujero que oficia de hogar, se convierte a veces en un pasadizo interminable que me esconde la luz de salida y se reserva las señales de alerta para una mejor ocasión.

En ese trayecto tengo los pensamientos más miserables. Vomito angustia y desesperación que fieron mi almuerzo y lloro sin lágrimas, porque ni eso tengo.

Lo que me llora es el cuerpo, completo. Llora frente a un espejo que no entiende qué pasó con lo que era y frente a una hoja en blanco que se aprovecha para sacarme una letra.

pañabras en hilera que crean historias que hoy me gustaria vivir, que recorren las calles que sueño y que viven de aquello que les alimenta el corazón más allá del bolsillo.

Sentada frente a la nada, ajusto los eslabones de una cadena de desaciertos con los dientes, mientras rezo un Ave María y bebo sorbos de agua bendita.

En pequeñas treguas que me da el hastío, dejo de coquetear con los pensamientos más oscuros y me permito creer que de alguna forma la vida se ocupará de impartir justicia y recompensa a manos llenas, que colmará la heladera de champagne importado y el living con calor de verano.

Intento pensar que todo cobrará sentido en algún momento, que podré girar sobre mis pies para mirar el pasado desde lejos y que aprovecharé para recordar lo aprendido.

Que de tanta escacez brotará una semilla, un árbol y un bosque.

Que de tanta frase esculpida al viento, saldrá una historia y un cuento.

Una serie de eventos desafortunados que se dieron cita a la misma hora de mi vida.

como los hermanos Baudelaire, termino siendo esa clase de persona que prefiere creer que siempre hay algo que inventar, leer o morder, o para hacer un santuario, no importa que tan pequeño sea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario